Me encantan las tiendas delicatessen como El Club del Gourmet de El Corte Inglés (http://www.elcorteingles.es/) al que suelo ir a menudo (bueno, tan a menudo como me lo permite mi bolsillo) y es que soy una gran amante de la gastronomía y la enología, aficiones que comparto gratamente con mi novio.
A ambos nos encanta deleitar a nuestro paladar con mil aromas y sabores distintos y por ello, todos los fines de semana preparamos nuestro pequeño banquete.
La semana pasada quise sorprender a mi novio con un nuevo producto y cuando llegué a la tienda, en el mostrador refrigerado encontré una bolsita con unas pequeñas tortitas que me hicieron mucha gracia, parecían pequeños crêpes pero más gruesos y esponjosos, así que los compré.
Sin saber qué eran exactamente, una vez en casa, seguí las instrucciones: los saqué de su bolsa y los calenté pero luego llegó el dilema...y ahora, ¿cómo se comen?
Ante la duda, cogimos nuestro foie de canard y se lo untamos encima, estaban buenas pero faltaba algo...no acababa de combinar demasiado bien...
Entonces una amiga que nos vió, se acercó a nosotros muy emocionada para preguntarnos donde habíamos comprado las Tortitas Blinis de origen ruso. Es en ese momento, cuando me enteré qué eran exactamente.
Estas tortitas se sirven con distintos tipos de pescados ahumados, patés de salmón, crema agria y caviar (o para los que no podemos permitírnoslo, sucedáneo) y se acompañan con vodka, cava o vino blanco.
Están exquisitas, ahora sí que combinan a la perfección!
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